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La frase «suministro de agua» suele acompañarse de la palabra «potable». Por definición, sabemos que potable se refiere al agua que por cuyas características físicas, químicas y bacteriológicas no será perjudicial para la salud del consumidor, y que también debe ser aceptable por su aspecto visual (color y turbiedad), olor y sabor.
Para entender porqué se requiere abastecer agua potable a las poblaciones, basta con revisar algunas estadísticas. Según la World Toilet Organization, alrededor de 297000 niños menores de 5 años mueren anualmente por enfermedades asociadas al agua contaminada, deficiente higiene y saneamiento no seguro. En el caso de Guatemala
En el caso de Guatemala, un país con un gran recurso hídrico del cual solo se aprovecha el 10% [Agenda Guatemalteca del Agua,2013]. Las enfermedades diarreicas agudas se encuentran entre las 5 principales causas de morbilidad y mortalidad, para niños menores de 5 años [MSPAS 2012]. Según el Plan Nacional de Agua y Saneamiento 2015 del Ministerio de Salud, solamente 40% de las muestras de agua analizadas que se suministra a comunidades, cumplía con los límites establecidos de cloro residual. Es importante mencionar que la presencia de cloro residual es un indicador de calidad bacteriológica del agua.
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Otro dato relevante es que el porcentaje de viviendas conectadas a servicios de agua entubada en el área rural es alarmantemente bajo, solo 30% [ENCOVI, 2012].
Si bien el monitoreo de los servicios de agua potable está a cargo del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, el abastecimiento del vital líquido es responsabilidad de los gobiernos municipales [Artículo 68 del Código Municipal, Decreto 12-2002]. El Código Municipal no solo establece el servicio de agua como competencia municipal, también indica que el agua suministrada debe estar debidamente clorada. Asimismo, el Acuerdo Ministerial 1148-2009 del MSPAS, establece la obligatoriedad de la cloración como proceso de desinfección. Sin embargo, como ya se señaló, la desinfección aún es escasa y en muchos casos es deficiente.
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Guatemala aún está lejos de atender el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6: Agua Limpia y Saneamiento para Todos. Y no se debe olvidar que hablar de ciudades sostenibles, es también hablar de inversión en agua potable, drenaje sanitario, drenaje pluvial y tratamiento de aguas residuales. Todo está asociado en los principios de sostenibilidad y economía circular.
Por último, las municipalidades deben priorizar sus inversiones en proyectos integrales y bien planificados de agua y saneamiento, sin dejar de lado el aspecto social para cada proyecto en cada comunidad o sector. Un proyecto sin socialización, es un proyecto destinado a fracasar o a generar conflicto.